Quiénes somos

Jorge Pizarro VargasJorge Pizarro Vargas

Dicen que nací en Santiago de Chile hace más o menos treinta años pero como no me acuerdo, no sé si es cierto. Dicen también que me bautizaron y que el sacerdote era falso y que, por lo tanto, no fue válido. Pero como tampoco me acuerdo de eso, tampoco sé si es cierto. Sí me acuerdo de los colegios a los que fui, de la gente que conocí, con la que me relacioné y los ámbitos socioculturales por los que ha transitado mi vida. Al mismo tiempo, recuerdo bastante bien lo que he estudiado y en los lugares en los que he vivido. Recuerdo anécdotas y experiencias, alegrías y tristezas… Se supone que he estudiado varias cosas. Sin embargo, si tuviera que decir qué me considero que soy, no sabría qué decir… sí sabría decir las cosas que me gusta hacer: me gusta leer, escribir guiones, ver y dirigir películas (aunque ya veremos cuando dirija una película larga), jugar al fútbol, comer asados, salir de fiesta y reflexionar (aunque lo último me suena a intelectual de postureo y entonces ya no me gusta tanto). No me considero nacional de ningún lugar y hace un tiempo ya que no vivo en un lugar fijo (“I live where I hang my hat” sería en palabras cinematográficas). He dirigido varios ejercicios que son una mierda y cuatro cortometrajes serios. He empezado miles de guiones y solo he terminado aquellos que he dirigido (y quizá alguno que dirigió otro). No podría decir que me considero artista, pero sí que me gusta mucho el oficio al que he dedicado los últimos años de mi vida. Creo que hay una posibilidad de realización alternativa para todos los quehaceres humanos y más o menos por ahí intento encaminar todas las cosas que me propongo hacer. Me llaman Jorge Arturo Enrique Pizarro Vargas porque así quisieron mis padres que me llamaran.

La cita pertenece a un diálogo de Lee Marvin en The Man Who Shot Liberty Valance

Hristina BraykovaHristina Braykova

Las imágenes siempre han sido mi manera de expresarme, así que me va a costar contar mi historia sin imágenes, pero, sí, ésta a la izquierda soy yo…

He nacido el año 1985 en Sofia, la capital de Bulgaria, en una familia de artistas. A los cuatro años ya sabía escribir, porque mi abuelo me dibujaba las letras caligráficas en un cuaderno y yo intentaba dibujarlas de la misma manera tan bonita. Empece a estudiar bellas artes de bachillerato en 1999. El año 2003 participé en un intercambio de estudiantes en Inglaterra con City of Bath College of Art and Design, donde se despertó mi afinidad hacía el arte dentro del diseño. Siguiendo esta linea, en el año 2004 empecé mis estudios superiores en la Academia Nacional de Artes en Bulgaria. El segundo año participé en el programa Erasmus (de intercambio de estudiantes universitarios) y así fue como me enamoré de España. Durante y después de los estudios trabajaba como diseñadora gráfica y motion graphics en Crosspoint (Bulgaria) – agencia de publicidad y productora. Allí es como empecé a trabajar también en la pre-producción (storyboarding, animatics) y pos-producción (montaje, VFX, motion graphics) de videoclips publicitarios y más adelante (2008-2009) participé, como 2º ayudante y montaje, por primera vez en una película, RUTH (Producción de la televisión nacional de Bulgaria). Un año después vine a Barcelona para hacer un máster en dirección de cine en Bande à Part. Y así es como me enamoré de Barcelona. Terminé los estudios realizando mi primer cortometraje de ficción, Peso, el año 2012. Desde este momento sigo participando en varios proyectos, montando o haciendo la dirección artística. Mientras, sigo estando fascinada con el arte, no dejo de trabajar en diseño y motion graphics, y de pensar en imágenes.

Christian León BrazaoChristian León Brazao

Soy un director y escritor de cine. Bueno, en realidad mi salario viene de currar como auxiliar de salas en un museo (sí, de esos que te dicen que por qué te acercas tanto a la obra y te dice que el baño está al fondo a la derecha), pero mi voluntad trabajadora está enfocada en el cine.

Estudié dirección cinematográfica en Barcelona, pero originariamente soy de Venezuela. No sé si eso me convierte en venezolano, español, americano (¿del sur, latino?), catalán o europeo. Realmente no me importa, aunque admito que me emociono cuando la gente se refiere a toda una región como «Nuestra América».

En Venezuela crecí influenciado por un contraste entre dos realidades: la de estudiar en un colegio católico, excesivamente machista y conservador, y la realidad de mi madre, viuda y trabajadora, que se las arregló para que yo creciera lo más cómodamente posible, sin enterarme de los riesgos y sacrificios que implicaban la crianza de un niño por una madre sola. Afortunadamente, conseguí alejarme de esos «principios» que se me enseñaron en el colegio y fui abrazando cada vez más la visión de mi madre, mucho más sincera, realista y coherente de cara a una generación que nació y se mantiene perdida, y de la que soy parte.

En Barcelona empecé a estudiar cine, un año en el CECC, y los dos siguiente en la Escuela de Cine Bande à Part.Cuando empecé, quizás quedaba en mí un residuo de esas influencias conservadoras que me habían implantado en el colegio, pero el cine se encargó de derrumbarlas. No sólo aprendí cine como tal, sino que a través de él terminé de formarme como persona. El cine dejó de ser un mero entretenimiento, era una herramienta de expresión, era una forma de lucha, una pasión desatada, pero, sobretodo, llegué a entender al cine como un oficio, un oficio colectivo del que yo, junto a muchos otros, soy parte. Es por esto que, por encima de todo lo que pueda o quiera ser, me considero un trabajador de y para el cine.

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